Ya de por sí vómitar delante de un montón de gente es un poco bochornoso, pero uno de aquellos esfuerzo que hace el estomago cuando todavía te dan arcadas y no tienes nada me hizo tirarme un pedo terriblemente grande que se debio de oir en todo Granada. Con tan mala suerte que cogí una insolación que me hizo marearme un poco y vomitar.