«Me torcí el pie», dice una adolescente belga, decidida a regresar a la fiesta tras haber sido vendada. «Me quemé con la cuerda», cuenta un joven al mostrar las marcas en la espalda. Los participantes se desafían también a lanzarse a través de un aro de fuego o arrojándose desde lo alto de una de las discotecas a través de un tobogán que da con sus cuerpos en la arena.