Hacia el final de la campaña, el equipo logró una racha de seis victorias consecutivas lo que lo dejó en la primera ubicación, por delante de la Lazio, camiseta de dinamarca dirigida entonces por Sven-Göran Eriksson. Se jugó en el Estadio Maracaná con una asistencia total de más de 138.000 espectadores, hasta el día de hoy el récord de asistencia de la selección sueca.